domingo, 19 de octubre de 2008

LA VISITA AL MUSEO SAN PIO V

El jueves 16 de octubre, la clase se impartió en la sala de pintura gótica del Museo de Bellas Artes de Valencia. La finalidad de esta visita no fue tan solo pasar una mañana muy agradable contemplando pintura, sino la de intentar romper un poco el hielo entre los alumnos y ver el interés y la capacidad de cada uno de ellos con respecto a la obra real.















El recorrido comenzó por las obras más antiguas donde se destacaron diferentes temas relativos a aspectós técnicos, estéticos y conservativos de las piezas.
Se repasaron las partes del retablo, los dorados y las platas en elementos ornamentales y armaduras de los soldados. Sobre este aspecto se destacó el hecho de la problemática de conservación del pan de plata, el cual con el tiempo oscurece degenerándose de manera irreversible, hecho que ha ocasionado en más de una vez que algún restaurador inexperto actuara de forma inadecuada.


También fue muy interesante la "búsqueda y captura" de pintura "transparentada", de la cual pudimos observar varios ejemplos muy interesantes, tanto en pinturas al óleo como en temples.









Como recordaréis se sabe que es la acción del oxígeno la que cataliza el envejecimiento natural de los materiales que conforman una película pictórica, alteración que se puede apreciar con gran claridad sobre todo en los aglutinantes oleosos secantes, en especial el aceite de linaza, que con diferencia a los de adormidera o nueces, oscurece de forma muy acusada por combinación con una alta humedad ambiental y poca luz. Esta oxidación del aceite con el paso de los años también da lugar a diferentes fenómenos como la pérdida de poder de cubrición de la pintura, lo que sumado a que su índice de refracción aumenta, deja transparentar las capas subyacentes de posibles arrepenti­mientos (pentimenti), dibujos subyacentes o simples capas de otro color más oscuro. Esta alteración es muy acentuada en el blanco de plomo y en general sobre todos los colores que tengan en su composición plomo o estén mezclados con él. P. Laurie realizó en el año 1926 una serie de experimentos que Díaz Martos reproduce en su libro, relativos a las alteraciones ocasionadas en los colores por el cambio del índice de refracción de los aglutinantes que de forma resumida diría lo siguiente: “La opacidad de un colorante se debe a su capacidad de absorción de la luz y de ello es un ejemplo típico el negro, pero también a su índice de refracción, al tamaño de sus partículas y al índice de reflexiones internas que se verifican en el pigmento”.
“Cuando se mezcla un colorante con agua sola o adicionada con cola, goma o huevo, se hace aquél más oscuro, relativamente, pero al secarse, en cambio, se torna mucho más claro. Se debe esto a que los espacios ocupados por el agua de elevado índice de refracción lo son después por el aire menos refrigerante y que, por lo tanto, hace que sea mayor la cantidad de luz reflejada por las capas superficiales. Los cuadros pintados a la cola o al huevo son mucho más brillantes que los hechos al óleo, por el bajo índice de refracción de sus diluyentes”.
“Será evidente que si el aceite de linaza, que como hemos observado, aumenta con el tiempo su índice de refracción, todos los colorantes adquirirán un tono más oscuro, siendo los más transparentes los afectados por este cambio, y los más opacos, los menos.”
Otros temas sobre los que estuvimos conversando (yo principalmente) fueron los diferentes criterios de retoque pictórico, los cuales abarcaban desde las tintas neutras, el "ne rien faire", hasta el retoque ilusionista.











Creo que no sería justa si terminara esta entrada sin agradecer a nuestro compañero Demian por hacer todas estas fotografías tan bonitas.

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