martes, 29 de junio de 2010

RETRATABILIDAD

RETRATABILIDAD
DEMIAN RAMOS

Como mencioné la semana pasada las ideas y planteamientos reversibles hoy en día se decantan más hacia el apelativo de retratables, o como apunté, actuar como el rey del planeta vecino al del Principito, que pese a que era todopoderoso sólo podía ordenar al sol que saliese una vez al día, ya que hay que exigir a cada uno lo que cada uno puede hacer. La retratabilidad será la aceptación del uso de materiales irreversibles en los procesos de restauración, desde esta asimilación la retratabilidad guiará las decisiones de selección de materiales y procesos y en sus consecuencias y en los futuros procesos que pueden acontecer en la obra; su envejecimiento y las alteraciones que podrían incurrir en la estructura de la pieza.
A nivel léxico, este término sería más aplicable en nuestro campo, ya que como vimos la semana pasada el término irreversible no puede ser aplicado a una resina termoplástica por ejemplo, no obstante si aportamos calor de manera controlada sobre ella si bien no es eliminable al 100% si que puede ser retratable.
A estas alturas de la tarde ya habremos escuchado varias definiciones, concepciones y puntos de vista acerca de la retratabilidad, que si bien pueden diferir en definición, no tendrán diferencias en cuanto al concepto. Está claro que este termino, junto con la minima intervención y demás axiomas asimilados, forman parte del juramento hipocrático que guía el fin último de una intervención, no obstante, en mi opinión este termino guiará las intervenciones dependiendo de la casuística externa que rodea a la obra. Podemos aceptar la retratabilidad como fin último de una intervención en una obra exhibida en un ambiente no idóneo. Si trabajamos con un lienzo expuesto en una iglesia sin un control medioambiental riguroso si que nos preocuparemos de la retratabilidad, esto es, del envejecimiento de los materiales que incluyamos a la estructura de la obra, de su eliminación no traumática, del posible deterioro que pueden producir en la obra. Sin embargo y siempre en mi opinión, si el lienzo fuese propiedad de la colección de la nobiliaria Tita (por ejemplo), y supiéramos que el ambiente expositivo va a ser óptimo, tal vez esta retratabilidad se encontraría jerárquicamente en un estrato inferior a la selección de materiales similares a los originales de la obra.


RETRATABILIDAD
RUTH DEL FRESNO

Una vez valorada la Reversibilidad como algo a lo que aspirar introducimos la idea de Retratabilidad. Es decir que los materiales y procesos deberán permitir una siguiente intervención en el futuro.
Reversibilidad, involucraba la posibilidad de eliminar los materiales y de revertir los procesos que han sido aplicados sobre el objeto. Sin embargo en vista de que esa Reversibilidad material en algunos casos sólo es parcial o incluso no existe, como el proceso de consolidación, el concepto se ha reevaluado y se considera que no sólo los materiales y proceso sean reversibles también se requiere que en un futuro puedan facilitar, permitir y no obstaculizar los tratamientos.
En el proceso de restauración debemos tener en cuenta entonces también la Compatibilidad, y al hablar de Retratabilidad deberemos pensar que muchas veces estamos alargando la vida matérica de ese bien cultural. Por lo tanto si tenemos en cuenta que los procesos y materiales sean REVERTIBLES estaremos intentando que cuando precise de un nuevo proceso interventivo lo que hayamos aplicado no dificulte o haya desaparecido para una nueva vida de la obra. Debemos asegurar su estabilidad en el futuro y no olvidar que los restauradores no sólo nos ocupamos de la vida matérica de las obras también acondicionamos el espacio para su exposición, almacenamiento y traslado.

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